Genova, julio,2001. El flaco se guarda sus manos entre sollozos al fondo de una raída tienda de campaña.Los carabinieri acaban de arrasar la escuela donde residían las telecomunicaciones de los activistas antiglobalización, los periodistas alternativos. De alli han salido camillas,han llegado ambulancias...la noche se ha hecho grito y las paredes,sangre. Cientos de detenidos y heridos.Lágrimas.
Ya no hay ningún sitio seguro en Genova.El flaco lo sabe y junto a la rabia surge el miedo,pero tambien la autocritica.¿Arrasarán la zona de acampada?¿Matarán a alguien más?¿Ha sido todo premeditado?
Las angustiosas preguntas arrecian en forma de vértice afilado.
El recuerdo de multitudinarias asambleas y manifestaciones.La denuncia articulada a la explotación capitalista a nivel mundial.El fuego purificador de una revuelta internacional,preparado por las diferentes facciones de activistas.Y una bala policial que ha atravesado la cabeza de Carlo.
Pero el flaco no llora solo por eso...¿quién o qué maneja los grupos?¿Han hecho lo que se esperaba?Una pregunta , la que todos nos hacemos a veces.Una pregunta alfondo, detrás de la basura,¿Me han utilizado...qué soy yo,insignificante,enmedio de esta hecatombe tan grande?
El flaco baja la vista años despues ,nosotros acompañamos su gesto y deslizamos nuestros pensamientos comunes por entre las arenas fresquitas de una playa de Menorca.El fragor del fuego de la batalla de Génova se ha disipado.Tan solo quedan en aquella noche nuestras dudas y miedos,y lo mismo de siempre, pues nada ha cambiado.En el mayo francés todo dio la vuelta por la solidaridad entre trabajadores y estudiantes,aunque fueran fuegos de artificio.En el 2001 la insolidaridad estaba más que aposentada en todos los cerebros.Y el fuego fue tan real como asesino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario