La musica es el
canto de la humanidad. Y toda su pasión. Pero de la misma manera que
hay humanos y humanos...hay músicas y músicas... el punk y el
hardcore tal vez sean el desgarrador canto rebelde, cuando no
explícitamente revolucionario, mientras el techno es el sonido
urbano, a veces dadaísta... y el flamenco sin duda es el canto de los
nadie.
De lo que los
poderosos consideran “nadie”.
Todos estos ritmos
tienen un común denominador : el “outsider”. Es decir en
terminos de ciertos gerifaltes arquitectos de la sociedad a los que
llamaremos sociólogos , lo que les une es la marginalidad (a no ser
que se ponga de moda en un determinado momento, o sea por fin
reconocido por el sistema a fuerza de insistencia e influencia).
Si nos fijamos a lo
largo de la historia y prehistoria de la música esta ha sido siempre
una muestra de sentimientos, y desde que existen oprimidos, una
salida a las desgracias, un aullido del alma.
Precisamente este
aullido , esta voz, en flamenco , recibe el nombre de “Quejío”.
El gran poeta Felix
Grande en su libro “Memoria del flamenco” supo explicarlo con
inmejorables palabras, lo cito en la página 44:
“La metafísica y
la historia tienen algo en común que es lo esencial de ambas :
muestran la enemistad de la vida contra la muerte. En ocasiones, la
muestran con el grito. El grito ama la vida.(...) Los andaluces , a
ese grito que contiene el flamenco lo han vuelto a bautizar. Le han
llamado quejío . Así , con
una letra menos : incluso en el lenguaje, a Andalucia siempre le
falta algo. Lefalta tanto que se queja tanto.”
En
el quejío, en el flamenco , vemos pues el grito, el sentimiento de
los bisabuelos, el de un pueblo, el gitano, que se pierde en los
albores de la historia.
Si
el punk es el revulsivo rock , embadurnado de conciencia
situacionista, enrabiado contra la podredumbre del sistema; el
flamenco es el lamento del lumpen, más que eso, de todo un pueblo
marginado del que nos llegan ecos prehistóricos desde la india , del
que nos llegan desdichas de carcel...el viento nómada del
perseguido...el quejío es arte , es pataleta, arte sin conciencia
politica pero con herencia de oprimido...
El
flamenco, el punk, el techno, el ská, el tango...la música más
popular, la que hunde sus raíces en el pueblo.
Muchas de estas
músicas en los últimos tiempos han sido fagocitadas por el sistema,
ponerlas de moda y así vaciarlas de contenido, como si se tratara de
un producto más en el supermercado, pero...¿Cómo tratar de mero
objeto el quejío con sus ramificaciones milenarias o tratar de
banalizar el grito fantasmagórico rockero que estalla desde la
juventud con menos recursos?
En el caso del
flamenco “ esas raíces son el conocimiento de las formas
originales (...)la gartitud a los antepasados(...) Este respeto nada
tiene que ver con la alienación , ni siquiera con el sometimiento;al
contrario: solo esa gratitud nos hace libres. Solo inventa quien ama.
Y ese amor, nunca impuesto, no enajena: catapulta, enriquece,
transforma al heredero en un creador en el mismo momento de la
ejecución de los cantes. Es que hay que ser muy borde para
automutilarse con la ignorancia o la soberbia.”
Vuelvo, como no, a
citar a Felix. Y es que la música del pobre, la cultura del
oprimido, son cuestiones que escapan a una sola generación pues se
trata de una red tejida hace milenios...y gustosamente, mientras
sigamos en esa tesitura, continuaremos tejiendo esta urdimbre, esta
telaraña que es el canto de la resistencia.