rock'n'roll !!

Rock'n'roll!!!!
side 1

SWING KIDS

La alocada aparentemente batería se desplaza a trompicones medidos entre los efervescentes ritmos sincronizados de clarinetes, trompetas,saxos y contrabajo.

Benny Goodman se yergue en medio con su clarinete escupiendo endiabladas melodías supervisadas por sus gafas de buen chico.

Enfrente, la multitud frenética baila enfebrecida, las piernas de las mujeres vuelan , los nervios afloran entre las manos, se contraen los cuerpos, brilla el olvido de la gran depresión, los brazos bailan agitados entre el sonido estridente.

En las mesas cercanas los ojos vidriosos observan la marabunta , el humo se pierde entre las esquinas de la estancia , donde los afroamericanos pululan entre el fuego de la marihuana que crea el efecto misterioso inesperado, el imperio de los sentidos de la retaguardia.

En los sillones del fondo entre estáticos, apoltronados y excitados se erigen los adelantados hipsters al son de la heroína, mientras avanzados jovenzuelos de clase alta se convierten en auténticos gallos de pelea gracias a la casi desconocida cocaína.

El ambiente es turbio y obsceno, aunque a la vez , debido a la estridencia musical alcanza la euforia más salvaje por momentos.

Es una sesión especial en un antro de los bajos fondos de Nueva York.

Pronto, la orquesta, la gran big band, dará fin a su apocalipsis marchoso y el local será
clausurado por la policía metropolitana.

Es 1937. La guerra aún no ha empezado.

TEDDY BOYS

Largas chaquetas eduardianas –decimonónicas- son ondeadas por el viento mientras avanzan por el callejón. Nadie osa despeinar ni sus tupés ni sus patillas con la mirada, el pelo largo lo mece el miedo.

El efecto de pavor que despide el grupo es proporcional al aspecto chulesco de sus queridas teddy
girls que esperan apoyadas en los coches solo sumisas, a veces, ante sus machos ;detrás justo de unas cuantas ruinas de algún bombardeo nazi de la última guerra.

Algunos de estos teddys son veteranos, otros son hijos de. En sus cabezas resuena el nuevo jazz , pero algunos vanguardistas ya se consagran a Preysley , que todavía no es el rey del rock.

Empieza a llover en Londres, es 1955.

Comienzan a buscar refugio en un pub de mala muerte y tal vez una nueva pelea.

WHO´S MY GENERATION?

Corren como galgos, unos contra otros. Una gran masa verde
compacta se estampa contra otra negra brillante…saltan dientes, llueve sangre,
eclosionan las babas adolescentes.
Al fondo, como en un cuadro roto se apilan las motocicletas de cada grupo, sus pájaros de libertad que esperan a los amos y que parecen observar la gran bronca.

Vespas con millones de espejos con una barriga ridícula de no ser por la violencia adrenalínica del que va montado normalmente.

Principios de los sesenta, caras bonitas, anfetaminas de
farmacia.

The who en ciertas cabezas aplastan cualquier esperanza en la clase obrera inglesa perfectamente alienada. Nada es verdad, pero todo es muy real.

En el hemisferio sur de las otras cabezas, entre llenas y descerebradas, Little Richard crea riffs de confusión…la sangre joven es el resultado acelerado.

Esto también es el baile de la noche que continua con el dios sol omnipresente en los reflejos del agua de Brighton.

Están aquí, son más numerosos que los viejos, son jóvenes y ya están fracasados. No sienten más rabia que la que emana de sus palos y cadenas.

Aún no han sido concienciados, pero tiempo al tiempo, la década aún no ha acabado.

WHERE IS MY MIND?

Al otro lado del charco, parecen lustros más tarde porque todo ha cambiado de manera implosionante, catatónicamente explosiva.

Todo ha sido cuestionado, porque todo ha sido tergiversado
por una moralidad caduca, violadora , castradora y por supuesto, norteamericana.

La contracultura avanza como un obús, como los bombarderos que sus padres utilizaron para arrasar Europa.La Europa podrida, destructora destruida.

La filosofía oriental, las diferentes educaciones posibles, las otras formas de vida, la cultura desatada, las variantes extremas preciosas bonitas de la política de la nueva izquierda, enterrando de una vez por todas marxismos, socialdemocracias e invenciones varias de un viejo mundo ya podrido.

Es el cadáver que emerge tras el disparo nuclear…todo es relativo y Grateful Dead siguen sugiriendo desde hace siglos, aunque solo sean cinco horas de música ininterrumpida…es más, se trata de una sola canción que lo envuelve todo.

Ken kessey brilla en toda su atmósfera, el autobús aparcado se eleva… es un encuentro en la quinta o en la sexta fase…de hecho hay muchas fases porque todo es relativo.

¿Qué soy?¿Qué eres?¿Qué es este amalgama relajado tremendamente violento que revienta los sentidos…?

Mundo radioactivo, violencia , amor en mil espejos , la nueva revolución cósmica, la dimensión desconocida explorada por astronautas de la filosofía…mal viaje, sueño por descubrir, amantes de colores fucsia y verdoso lunar, la locura con medida y la medida como locura…todo está más allá de estos parámetros obtusos…la clase media se desintegra en sus variaciones trigonométricas.

El LSD es otra vuelta de tuerca , las vísceras emigran , los pelos se entrelazan…el sexo no es lujuria, es contacto extraterrestre entre seres que no saben si son animal, cosa , mineral o viento.

Es la última vuelta de tuerca psicodélica.

Bajando del viaje uno se da cuenta que detrás de toda la filosofía y todo el universo no hay más que cientos de hippies experimentando, beatniks que blasfeman, ángeles del infierno que eructan fluctuando y algún que otro activista follando con el universo infinito.

Todo es relativo, la experimentación como senda aborigen…el rock´n´roll vadea, circulea, se desata, se contrae, es azul, es verde , es ilusión o es cincuenta mil estrellas en eclosión desconmensurada.

La explicación está más allá de toda regla.

O tal vez no.

Es el verano del amor, finales de los sesenta…pronto despertarán del sueño…y la heroína se hará más real que cualquiera de las peores pesadillas.

El amor se habrá esfumado y la guerra no habrá acabado.