No nos soltamos la mano, agarrados como quien se aferra a un saliente ante el vacío,durante toda la carga de la ertzaina.
Me decía que no nos quedaramos cerca del container, porque acabaría siendo un cuello de botella, y efectivamente, ahí quedó gente atrapada, entre el container,las porras y las peloteras.
La locura. heridos.
Miles de personas agachadas mientras las pelotas de goma silbaban sobre nuestras cabezas.
Impresionante.
Impresionante como saben asumir una carga de tales dimensiones estos vascones, várdulos, autrigones y caristios.
Una carga y lo que sea, la verdad.
Ella me agarraba la mano fuerte y me decía que no nos separaramos.
LLegamos a la plaza de Rekalde donde la banda Zea Mays tocaba su canción sobre el tema que nos ocupaba, kukutza III,una y otra vez.
...Taupada bakoitzaz koloreztatuz zuri beltza, taupada bakoitzaz iribarre bat...
Era surrealista porque a dos metros la gente se empezó a defender en un macabro juego de pelota, los dantzaris bailaban entre los containers y las esquinas, mientras las bocatxas policiales buscaban objetivos como en aquel videojuego de guerra.
El barrio de Rekalde llevaba muchas horas tomado y las cargas se habían sucedido una tras otra.
Golpes por la cara, vecinos corriendo, furgonetas a toda ostia por el parque, puerta abierta, pelotas de goma.
Pero como iba diciendo, al final no nos habiamos separado y mientras veíamos bajar gente herida por una calle, en la paralela el fuego cubría una gran barricada...y en ese momento, en lo colectivo empezamos a abrazarnos y a besarnos, abrigados entre la multitud, esperando relajadamente a que bajaran a barrernos y sin embargo, fue un momento precioso, agarrados porque agarrados habiamos empezado y no habían logrado separarnos.
La noche iluminaba en naranja como si se tratara de las fiestas de San juan...la música, el ruido sordo
que hace al estallar las escopetas, los cristales rotos...tal vez si nos hubieramos atrevido a cerrar los ojos nos hubieramos trasladado a las hogueras de San juan, pero la cosa era demasiado seria como para hacerlo.
Abrazados ahí enmedio parecía que estabamos fuera de lugar, pero no,la fuerza del sentimiento puro emergía entre los cascotes.
Acabábamos de llegar a vivir a Bilbao y era esta la forma en que el botxo nos daba la bienvenida.
Los dias siguientes detenidos, carreras , sangre en los portales, cargas dentro de los bares, Bilbao tomada por la ertzaina, nervios, lágrimas y muchos heridos.
Era Bilbao.
Era Septiembre.
en 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario