Este artículo es la continuación de otro anterior en el que planteaba un repaso histórico por los derroteros del cine político. En este último artículo abordaré el cine político en el sentido del cine que habla de hechos revolucionarios, o aquellos por los que su crítica social los hacen referentes históricos para una historiografia contestataria en el cine.
Cine político
El cine politico comienza desde los inicios del siglo de las guerras mundiales, pues las diferentes ideologias van a ver en él, la herramienta perfecta para su propaganda. El cine soviético con Eisenstein como cabeza visible (El acorazado Potemkin,1925) es un ejemplo de ello, pero también los nazis harán lo propio como la directora Leni Riefenstahl (El triunfo de la voluntad,1935), la cual fue admiradora de Hitler hasta el final de sus fascistas días.
El neorrealismo italiano influenciará a todo el cine social posterior, y es que, durante los años 40 y 50 darán a la historia del cine, joyas como Roma, ciudad abierta realizada en 1945 por Rossellini o la vertiginosa El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica, en 1948.
"El ladrón de bicicletas", obra cumbre del neorrealismo italiano. |
En Hollywood también encontramos cine politico-social, algunos de cuyos directores serán represaliados en la era Mcarthy por su izquierdismo a principios de los 50.
Sin embargo, es curioso que enmedio de esta caza de brujas, se estrenan dos peliculas bastante combativas: una será ¡Viva Zapata! de 1952, de Elia Kazan, el cual había pertenecido al Partido Comunista, y que acabó delatando ante el Comité de actividades antiamaericanas a sus antiguos compañeros. La otra es La sal de la tierra de 1954 de Herbert J. Biberman, la cual está basada en hechos reales entorno a una huelga de un sindicato de mineros mexicanos: la especulación, la lucha de clases y de las mujeres o la discriminación racial están más que presentes en esta obra.
El rodaje de este film contiene elementos epopéyicos: su director acababa de salir de la carcel por comunista, incluido en las listas negras, los decorados fueron atacados por anticomunistas, la prensa inició una campaña feroz en contra, e incluso su protagonista fue deportada a México por ilegal. Su director estaría vetado en la industria cinematográfica hasta 1969, donde tras dirigir un film antiesclavista , murió, pues su salud ya estaba muy deteriorada tras una vida de precariedad y miseria.
Quizás, debamos reseñar también la pelicula Espartaco de Stanley Kubrick, de 1960, la cuál sería obra de referencia para todo el exilio español, tal y como relató siempre el fallecido escritor anarquista Abel Paz.
Tras el telón de acero, tras la II guerra mundial, también se hará cine político , a pesar de los cánones obligados del encorsetado realismo socialista o las producciones históricas de marcado carácter patriótico.
En la URSS, destaca el armenio Paradzhánov, el cuál acabó represaliado por su bisexualidad, pero que influenciaría al inclasificable Tarkovski.
En Polonia, por su parte, encontramos a Andrzej Wadja, el cual cantará la historia política de su país desde la resistencia antinazi de la II guerra mundial hasta la llegada del sindicato católico
Solidaridarnosc de Lech Walesa.
En Yugoslavia destacará el serbio Makavejev, por su tono sexual provocador y su sátira política, lo cual le obligará a exiliarse.
En Latinoamérica desde los 60 se van a dar varios colectivos de cineastas con la lucha antiimperialista como bandera, el llamado Tercer cine: grupos como el argentino Grupo Cine Liberación, el Cinema novo brasileño, con Glauber Rocha de cabecera y por supuesto, la filmografía cubana, a pesar de que la censura atacó el cine experimental como es el caso del documental PM de 1961, influenciado por el Free-cinema y que reflejaba sin tapujos la noche habanera, en una especie de surrealismo socialista. Detrás de este film se hallaba la revista y colectivo Lunes de revolución, el cual estaba en contacto directo con la nueva izquierda norteamericana.
En Chile, destacó por supuesto, el documentalista Patricio Guzmán, que supo reflejar in situ la situación política del país desde la llegada de Allende hasta el golpe de Pinochet en su monumental La batalla de Chile de 1973-1974.
En Italia, los Hermanos Taviani, influenciados por Rosellini, trataron los conflictos laborales desde un punto de vista marxista.
Por su parte, en el Estado español, alguna crítica velada al régimen fue inspirada por el neorrealismo italiano, como la dirigida por Berlanga (Bienvenido Mr. Marshall,1952), del cual Franco llegó a decir que era un mal español.
Durante la transición hay dos films, que a mi parecer (por supuesto, hay muchos más), que merecen ser reseñados: uno, 7 días de enero, del comunista Juan Antonio Bardem, tío del conocido actor contemporáneo. La película refleja el ambiente de los primeros días de enero de 1977 en que la tensión política casi hizo saltar por los aires literalmente la transición, y el cual acaba con la matanza de los abogados laboralistas de Atocha.
El otro film reseñable, sería La verdad sobre el caso Savolta de Antonio Drove de 1980, en el cuál se relatan los años del pistolerismo , que enfrentó en la Barcelona de los años 20 a anarquistas y empresarios a tiro limpio.
Llegados a este punto, se hace urgente nombrar a tres imprescindibles referentes en el cine político: Costa-Gavras, Ken Loach y Gillo Pontecorvo:
Costa-Gavras. Se trata de un comprometido director de origen griego, el cual no dudó en denunciar la dictadura griega (Z,1969), o el estalinismo checoslovaco (La confesión, 1961), además de tratar la lucha armada en Latinoamerica (Estado de sitio, 1973), y los tejemanejes de EEUU en la zona, no dudando en poner a los Tupamaros como protagonistas totales.
Gillo Pontecorvo. Este director italiano, comunista convencido, aunque critico con la URSS, produjo varios alegatos fílmicos contra el colonialismo ( La batalla de Argel,1966; Queimada, 1969), consideradas hoy obras maestras del cine político. También , trató el tema de ETA , desde una perspectiva poco habitual, hablando del atentado de 1973 contra Carrero Blanco (Operación Ogro, 1979).
Ken Loach Ken Loach. El director británico comenzó haciendo documentales para la TV en los 60-70 centrados en la clase trabajadora inglesa, hasta la llegada de Tatcher al poder en los 80, cuando es despedido de la TV, y se pone manos a la obra con el cine político, de hecho, realizará una de las mejores películas sobre la revolución española, la imprescindible Tierra y Libertad, de 1995, pero también tratará la inigración y los conflictos de clase (La canción de Carla, 1996). En definitiva, se trata de drama social para invitar a la reflexión política obrerista. Loach, militante desde el principio, hoy en día está ligado al partido político Respect, a su vez conectado con Izquierda anticapitalista.
Y hasta aquí, llegó lo dicho sobre el celuloide. Me gustaría que tuvierais en cuenta que se trata de un artículo a grandes rasgos, y que podrían citarse cientos de directores y films , otros países (por ejemplo, de oriente)y otros movimientos cinematográficos, pero no quiero aturullaros en exceso con el exceso de información, pues ya tenemos bastante con retener las millones de tonterías vacías con las que somos alienados/as a diario.
Esto tiene un objeto más que nada divulgativo, y espero que la lista de películas y las referencias puedan servir a alguien, a manera de guía, en un momento en que se ha perdido la vivencia del cine-club, las salas de cine están vaciándose y los cine forums van a acabar insertándose en los museos de arqueología.
El sistema cultural sigue abocándonos a la atomización social, tras la fragmentación de la clase trabajadora,y en pos del disfraz de libertad individual nos tratan de vestir de egoístas individualistas.
Así que, cada uno en su colmena, separados/as unos/as de otros/as, consumiéndo horas de series sin tiempo para el debate colectivo, ni siquiera para la reflexión individual.
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