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jueves, 14 de marzo de 2024

UNA DE ROMANOS

 

UNA DE ROMANOS

Estaban locos estos romanos es una frase que nos viene grabada a fuego por las aventuras del cómic de Astérix y Obélix, y sin embargo, estaban locos si y no.

Somos sin querer herederos/as de su derecho romano, su religión y por supuesto su imperialismo y su crueldad.

Pero, ¿No hubo ninguna resistencia a este imperialismo esclavista?

¿Acaso no hubo conatos de rebelión?

Por supuesto que sí.


Engels y Marx ya hablaron en su manifiesto comunista de la lucha de clases milenaria que se perpetuába desde época romana, y con ello iniciarían la senda de la historiografía marxista, en la que toda la historia humana se percibe como una constante lucha entre clases que dará lugar finalmente a la revolución socialista.

Todo esto derivará en varias escuelas en muy diferentes regiones geográficas. Desde la historiografia marxista británica de Hobswabn y compañía, a la clásica de la URSS como Kovaliov, o en China y la India, pero también en Europa, como en Francia, que influenció a la Escuela de Annales o a académicos en el Estado español como Josep Fontana.

Sin embargo, toda la historiografía marxista ha caído en desgracia, debido principalmente a la ofensiva neoliberal que sigue avanzando entrado ya el siglo XX en su segunda década.

Pero vayamos al tema que nos ocupa, las rebeliones de los/as oprimidos/as en la Antigua Roma.

Durante los 70, el análisis del historiador soviético Kovaliov fue ampliamente consensuado y difundido, desde su obra “Historia de Roma”. Editado en 1948, en Leningrado, no está exento de caer en “presentismos” de su época. Recordémos que el autor se encuentra en la URSS en plena época estalinista tras la II guerra mundial. Como venía de la historiografía soviética, es normal que cite desde el principio a Engels y ya en la misma introducción a Stalin (el cual decía que en Roma se dió “La grandiosa revolución de esclavos que liquidó la sociedad esclavista”).

Quizás, Kovaliov intenta ver un Partido democrático romano página a página durante toda la historia romana, cuando lo que existieron fueron reformas.

Stalin también usa abusivamente el término “revolucionario” en su obra “Cuestiones del leninismo”, cuando habla de que se conocieron luchas sociales tan grandes como las guerras civiles del s. II y I A.C. , los movimientos de masas de colonos, de los esclavos y de los bárbaros del s. II D.C. “liquidaron” a los propietarios de esclavos y suprimieron la sociedad esclavista de explotación de los trabajadores.

En realidad, no sustituyeron ningún sistema esclavista por otro democrático, aunque a algunos explotadores si que se los llevaron por delante.

De todas maneras, Kovaliov, si que hace un análisis más puramente marxista, y llega a decir que no se dan las condiciones para una revolución socialista, puesto que ni han llegado a industrializarse ni el sistema esclavista está al borde del colapso para que llegue la revolución, tal y como propugnaba el materialismo histórico de Marx y Engels.

Es por ello, que en éste artículo he querido que el análisis de Kovaliov sea el eje del mismo, toda vez que haré comparaciones con otros pensadores. Para ello, dividiré el texto en tres hechos significativos de rebeliones de abajo a arriba, que sacudieron el mundo románo:

a) La “Secessio Plebis” (Secesión plebeya), o las luchas entre plebeyos y patricios, entre el 494 y el 287 A.C.

b)Las guerras serviles como la rebelión de Espartaco, entre el 135 y el 71 A.C.

c)Las rebeliones Bagaudas, que comienzan en 284 D.C. , llegando a su auge en el s. V, y que se prolongan hasta entrada la alta edad media.

Vamos allá.

a) La Secesssio Plebis.

Durante la república aristocrática de los patricios (S. IV-s.III A.C.), los patricios eran los amos absolutos. Los plebeyos por su parte seguían conservando incluso residuos del ancestral matriarcado, además de que en un principio la tierra estaba distribuida bastante igualitariamente y la riqueza comercial e industrial-artesanal- era gestionada por ellos, según nos cuenta Engels en su obra “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”.

Kovaliov afirma que la lucha de clases entre los romanos comenzó con la formación de la república.

En el 494 A.C. Los plebeyos se sublevaron a causa de las excesivas deudas contraídas con los patricios, que en muchos casos los convertían en esclavos.

En ese momento, estaban en guerra con los Volscos, Ecuos y Sabinos.

Los soldados plebeyos se retiraron al Monte Sacro, aunque hay quién afirma que se fueron al Monte Aventino, en una clara secesión de la Roma originaria, el conato de una de las primeras huelgas de la historia. Es decir, si nos estáis oprimiendo, pues nos vamos y no combatimos.

Los Patricios tuvieron miedo de que los plebeyos formaran un estado independiente y finalmente concedieron varias mejoras.

Así es como surgieron los tribunos de la plebe, los funcionarios plebeyos en el Senado que defenderían los intereses de éstos. Por supuesto, hay baile de fechas sobre esto entre los antiguos historiadores romanos.

A partir de ahí, crearon una organización estatal plebeya paralela, un estado dentro del estado.

Hacia el 460 A.C. Hubo varias revueltas, que Kovaliov trata de revoluciones, y que desembocarán en 451- 450 A.C. En la codificación de leyes (las XII tablas). Para ello enviaron una delegación a Atenas, para basarse en la leyes de Solón.

Solón
Solón había sido un legislador y poeta ateniense, que en el 594 A.C., unos 150 años antes, Promulgó una constitución donde se abolió la esclavitud por deudas y donde se dio cuotas de poder político a otros estamentos no aristocráticos.

Los plebeyos romanos, con este códice por escrito, pudieron blindarse ante las arbitriaridádes de los patricios.

La República. (S.II A.C.- 30 A.C.)

Estos procesos precipitaron la constitución de una república.


Durante el s. II A.C. Se desarolló la conquista romana de Hispania, y es por ello que vamos a detenernos en ello, dados los apuntes que realizaba sobre el tema, el anarquista Felipe Alaiz en 1945 en el exilio francés, en varios libretos llamados genericamente “ Hacia una Federación de autonomías ibéricas”y que en su capítulo 3 se subtitula “El municipio español desde la época de Roma”. Alaiz, es un precursor de la historia social, que se basa en la idea kropotkiniana del apoyo mútuo.

Al respecto dice que Algunas tribus y ciudades (íberas) habían gozado de autonomías (…) las llamadas “inmunes”, exentas de tributos, pero las libres y federadas eran independientes de hecho y de derecho, cómo Ilerda (Lérida/Lleida). Solo ayudaban a Roma excepcionalmente con soldados y barcos.

En la parte no intervenida se construían obras locales y comarcales de utilidad pública por prestación personal y voluntaria de los propios interesados.

La esclavitud en estas zonas era atenuada o incluso desconocida

Pequeños municipios (vicus) tenían ley propia, y aunque dependían de las urbes, tenían asambleas vecinales aldeanas donde deliberaban asuntos de su incumbencia y lo resolvían con cierta autonomía hasta la llegada del Imperio.

Afirma además, como propone Kropotkin en su “Apoyo mútuo”, que antes de llegar los romanos se daba el trabajo familiar o más extenso, pero sin dominación.

Sin embargo, es sorprendente que Alaiz no hable del pueblo celta de los Vacceos, situados en el norte de Castilla, cerca de lo que hoy es Valladolid.

El historiador romano Estrabón si que los cita, caracterizándolos por la inexistencia de propiedad privada , y donde las tierras eran de propiedad común.

La propiedad se guardaba en almacenes comunales, siendo distribuidas según las necesidades, así se ayudaba a los que no podían trabajar : viejos, enfermos o viudas.

Si no se trabajaba la tierra asignada por el consejo, o se robaba parte de la producción propia, se llegaba a penalizar con la muerte.

Son un ejemplo de protocomunismo, tal y como llegó a afirmar el mismísimo Joaquín Costa en su libro “ La religión de los celtiberos y su sociedad política y civil” de 1917.

Su producción llegó a ser tan grande que otras tribus prerromanas como numantinos o arévacos, dependían de ella.

Sin embargo, también se ha constatado mediante la arqueología la coexistencia de la propiedad privada y cierta estratificación social, con aristocracias militares incluidas.

Asimismo, parece que algunas tribus vecinas, como las de los Vetones, también usaron cierto colectivismo.

Tras la conquista total de Roma en Hispania todo esto desaparecerá para integrarse en Roma.

b) Las guerras serviles.

Entre el s. II y el I A.C. El antiguo sistema esclavista sufrió cambios. Tras las conquistas aumentó el número de esclavos, así como la “proletarización” del campesinado, y además había surgido el subproletariado urbano.

Estas conquistas elevaron la vida económica, que provocó un insensato lujo en las clases altas, así como la concentración de tierras en sus manos.

Muchos campesinos arruinados se unieron a las legiones. Otros, fueron a las ciudades en busca de trabajo, donde sin embargo era difícil encontrarlo dada la cantidad de esclavos que desempeñaban estas funciones.

Por otro lado, el Estado daba a los hombres libres con ciudadanía romana (léase campesinos arruinados) dinero y víveres, por lo que podían vivir sin hacer nada: se convirtieron en una masa desclasada parásita que llenaba los circos : El lumpenproletariat de Marx.

Kovaliov, siguiendo el análisis de Marx y como buen stajanovista, les hace culpables de la degeneración de la incipente democracia y el fin de la república.

Precisamente es en “El capital” de Marx y Engels donde se afirma que el capital mercantil y usurero llegaron al punto máximo de desarrollo en el s. I A.C.

Si el s. II A.C. Había sido el período de apogeo del sistema esclavista romano, para el s. I A.C. Los conflictos sociales se agudizarán, así como las guerras civiles, sociales (de los Socii= socios de Roma, no confundir con guerra entre clases) y las serviles.

Según el punto de vista marxista, podrían llegar al punto de revolución, tras haber agotado las fases de rebelión armada, el cambio en los medios de producción unido a un periodo de decadencia de las clases altas, pero esta decadencia todavía no había llegado y por supuesto, los medios de producción no habían cambiado de manos.

Para Kovaliov, la revolución vendrá después, al final del Imperio, cuando colonos en régimen de casi esclavitud, bárbaros y esclavos pondrán fin a la antigua sociedad.

Pero la nueva sociedad no será ni mucho menos socialista revolucionaria, sino más bien dará paso gradualmente al cristianismo medieval.

Las guerras serviles serán varias y con diferentes planteamientos y factores. Desde luego, lo que no deberíamos hacer es romantizarlas, pues no deberíamos ver en ellas a esclavos recién liberados a sangre y fuego, sujetos revolucionarios convertidos por arte y gracia en ciudadanos del amor con planteamientos libertarios.

La historia es más compleja.

Entre el 140 y el 120 A.C. Se darán diversas rebeliones de esclavos en Sicilia, aunque también en Asia menor.

La más famosa será la rebelión de Sicilia entre 136 y 132 A.C. Protagonizada por el esclavo Euno de Siria.


Los esclavos rebeldes liderados por Euno se adentraron de noche en el pueblo de Enna en Sicilia y mataron a casi toda la población libre, aunque respetaron a algunos esclavistas que habían sido buenos con ellos y solo destruyeron las grandes propiedades esclavistas.

Euno se convirtió entonces en el rey Antíoco y adoptaron el sistema de monarquía helenística oriental, propia de la Siria de entonces.

El movimiento se extendió, llegando a ser 200.000 esclavos convertidos en soldados.

Sin embargo, para el 133 A.C. Fueron aniquilados.

Al año siguiente, fue Aristónico ó Eumenes III , pretendiente al trono de Pérgamo (Grecia) el que se sublevó junto a esclavos y desheredados. Se llamaron los ciudadanos del sol, influencia oriental total.

Fueron derrotados en el 130 A.C.

Las reformas “socialistas” de los Graco

Estas rebeliones de esclavos obligaron al Tribuno de la plebe, Tiberio Graco, a plantear la reforma agraria. Por entonces, existía “el círculo de los Escipiones”, con el propio Escipión o el historiador Polibio, que teorizaban sobre algo aproximado a la democratización de Roma, salvando las distancias con la democracia moderna, por supuesto.

Como Tribuno de la plebe, Tiberio Graco, presentó su reforma agraria en el 134 A.C. Que provocó un verdadero movimiento de masas popular a favor de dicha reforma. La base de ésta era un equitativo reparto de la tierra.

Contaría además, con tierra estatal para redistribuirla entre los campesinos más pobres.

Esto afectaba claramente a los intereses de los grandes poseedores de la tierra, la nobleza, los patricios.

Al triunfar la reforma, Tiberio fue más lejos y propuso otras medidas que favorecían al pueblo: Disminución del servicio militar, derecho de apelación al pueblo contra sentencias patricias, concesión de ciudadanía romana (osea, derecho romano) a latinos y aliados de Roma, etc.

No las llevó a cabo.

Durante la asamblea, en el verano del 133 A.C. Los reaccionarios mataron a Tiberio y a 300 de los suyos. Comenzó entonces la persecución a los partidarios sobrevivientes de Tiberio, que curiosamente muchos encontraron refugio en Pergamo, junto a los esclavos rebeldes de Aristónico.

Los Graco.

Cayo Graco, hermano menor de Tiberio, continuará su lucha, siendo nombrado Tribuno de la plebe en el 124 A.C.

Su ley del trigo, evitaba desorbitar los precios del mismo, y fue la precursora total del posterior reparto gratuito de pan para el pueblo romano.


En el 121 A.C. Se les hizo una encerrona mortal a los partidarios de Cayo Graco en el foro de Roma. Éste, al verse rodeado pidió a su esclavo que lo matara, y habiendo cumplido esto, el mismo esclavo se suicidó.

Así, de nuevo, el reparto de tierras fracasó.

Sin embargo, se volvieron a producir rebeliones en Sicilia como la del 104 A.C. Comenzó como una rebelión de 80 esclavos a los que se unieron miles.

A su líder, el esclavo Salvio, lo proclamaron rey y lo rebautizaron como Trifón.

Eligieron un consejo y dividieron su ejercito en tres.

Paralelamente, surgía otra rebelión, la del esclavo Cilicio Atenión. Éste no incorporó a todos los esclavos al ejercito sino solo a los más aptos. El resto trabajarían la tierra, no como esclavos, sino como comunidades libres.

Atenión se convirtió en el comandante de Trifón, por lo que así no se dieron luchas de poder intestinas, y los dos ejércitos se unieron.

Pero una vez más, los esclavos fueron aplastados por las legiones romanas.

Aún así, otro foco estallaba simultáneamente en el Ática (Atenas) en las minas de Laurión, y a la vez se rebelaban los esclavos escitas en el Reino del Bósforo.

Todos fueron derrotados.

Espartaco

Espartaco fue un esclavo de origen Tracio (hoy en día entre Bulgaria y Grecia). Al invadir Roma al pueblo de los medos (Macedonia), Espartaco fue obligado a luchar con las legiones romanas, de las que desertó.

Una vez capturado, junto a su mujer, fue obligado a servir en la Escuela de gladiadores de Capua (cerca de Nápoles, Península Itálica). Todas las fuentes históricas dicen de Espartaco, que poseía una gran fortaleza física y que era una persona culta. En el 73 A.C. Éste junto a unos galos y unos celtas se rebelaron, escapando al monte Vesubio, desde donde saquearon los alrededores.

Espartaco dividía el botín en partes iguales, por lo que se comenzó a correr la voz de su generosidad y empezó la afluencia de esclavos huidos de fincas vecinas para engrosar su tropa.

Tras derrotar a varias legiones romanas, el movimiento se extendió por el sur de la península.

Cuentan que Espartaco siempre trató de impedir los desmanes en su tropa.

Cuando hubo reunido unos 70.000 hombres, su plan consistía en conducirlos fuera de Italia, a través de los Alpes orientales, pues sabía que tarde o temprano el ejercito romano podría acabar derrotándolos. Pero si cruzaban el limes (la frontera romana), todos los esclavos podrían volver a sus tierras de origen.

El galo Crixo se separó de espartaco con 20.000 hombres y se quedó en el sur realizando acciones ofensivas, mientras que Espartaco y el resto empezaron a subir por la península. La fama de Espartaco crecía y cuando llegó al norte, su ejercito contaba con 120.000 soldados.

Kirk Douglas interpretando a Espartaco
Crixo fue derrotado por los romanos, pero Espartaco derrotó a tres ejércitos romanos en los montes Apeninos y en Módena.

Tras estas victorias y el aumento de tropas, la moral subió hasta el infinito y los esclavos exigieron a su jefe que marcharan definitivamente a Roma. No llegaron a entrar en Roma, pues debieron rodearla debido a su defensa, así que se dirigieron al sur de nuevo.

Parece que el objetivo era llegar a Sicilia y negociar con los piratas una huída por mar hacia los Balcanes. Hubo desacuerdos entre ellos, y galos y germanos se separaron en otro grupo, el cual fue derrotado.

Espartaco no llegó a Sicilia, cercado como estaba por las legiones romanas, así que esperaba poder huir por el mar Adriático hacia los Balcanes, pero no pudo.

En la primavera del 71 A.C. Tuvo lugar la última batalla, la de Apulia. Los esclavos fueron derrotados, 60.000 murieron en la batalla, entre ellos el mismo Espartaco, del que nunca se halló su cuerpo. 6000 rebeldes fueron hechos prisioneros y crucificados en la vía que iba desde Capua a Roma.

Algunos grupos aislados continuaron luchando. Los que más suerte tuvieron, se unieron a los piratas.

Marx definió a Espartaco, como el verdadero representante del antiguo proletariado.

Como consecuencia de la rebelión, Roma perdió 100.000 esclavos, los campos fueron devastados y algunas ciudades destruidas.

Creció el número de libertos, y los propietarios, en adelante, prefirieron los esclavos nacidos en casa.

El imperio.

Con Augusto llegó el imperio entre el 30 A.C. Y el 14 D.C. En adelante.

Con él llegarían las sagas de emperadores como los Flavios, los Antoninos, los Severos, etc.

Durante el Imperio diversas leyes suavizaron la situación de los esclavos. Claudio, por ejemplo, promulgó leyes como aquella de que en caso de maltrato al esclavo, este podía pedir su libertad. También, si era asesinado un esclavo era considerado asesinato, y el amo podía ser juzgado por ello. Pero recordemos que aún era una sociedad esclavista, por lo que hecha la ley, hecha la trampa, pero un avance ya era en si mismo.

Durante el Imperio también disminuyó el número de esclavos y creció el número de ociosos. Durante los dos primeros siglos, la crisis agudizó los contrastes sociales, pauperizando a esclavos y clases bajas.

Sin embargo, no deberíamos olvidar una cuestión, y es que el sistema esclavista se nutría principalmente de bárbaros: estos eran realmente los esclavos, que a veces lograban ascender en la pirámide social.

Y si el ejercito comienza a debilitarse debido a la crisis, los barbaros pasarán al ataque, como veremos.

En todo caso, esclavos y bárbaros entrarán en el ejercito y en la vida romana : se llamó “la barbarización del Imperio”.

Al respecto de los bárbaros tenemos apuntes realizados por Kropotkin en su libro “El apoyo mutuo”.

Según él, la ayuda mutua entre los bárbaros, la comuna aldeana, fue práctica común en tierras británicas y se conservó desde la llegada de los sajones hasta la conquista de los normandos, pero también se dio en la Galia, y de los celtas vacceos en Hispania ya he hablado unas líneas atrás.

Se trata de un renacimiento de la organización tribal.

En estas aldeas la propiedad de la tierra era común, y si existía la propiedad privada hereditaria era en base a bienes inmuebles : ganado, instrumentos, armas o la casa familiar.

Esta asociación también cultivaba la tierra en común, y practicaba el apoyo mutuo en cuestiones de autodefensa, además de decidir entre todos lo relatico a lo económico, educacional o militar.

En casos de desacuerdos, para las riñas entre vecinos por ejemplo, se establecían mediadores.

Es parecido a aquello que se realizaba o realiza en Euskal herria, llamado Auzolan, que no es otra cosa, que el trabajo de la comuna o barrio, es decir, el apoyo mutuo entre vecinos. En las huertas valencianas también se practicó desde tiempos inmemoriales hasta bien entrado el s. XX, el llamado A tornallom.

Los bárbaros tenían también su propia justicia, por ejemplo ante el asesinato, la familia de la victima debía asesinar al homicida. Esto se hacía para no arrastrar a la guerra a diferentes clanes, y era asumido por la aldea.

Más tarde, se exigieron que en vez de muerte, se cambiara la sentencia por una indemnización, eso sí, bastante elevada para quitar las ganas de matar.

Otras veces, el asesino se convertía en el nuevo hijo de la familia afectada y así compensaba la pérdida con su trabajo.

Muchas aldeas se convirtieron en federaciones o confederaciones de tribus, dándose por ejemplo el caso de los vándalos. Mientras unos vándalos cruzaban el Rhin para saquear el Imperio, otros cuidaban sus casas y tierras, sin tomar posesión de ellas, puesto que eran miembros de su confederación.

Kropotkin pone ejemplos de su tiempo, como parecidas asociaciones en Siberia , en la Kabilia o en Malasia.

Las Bagaudas

En la Galia de 187 D.C., el ex-legionario Materno había organizado un ejercito de esclavos, desertores y fugitivos, que saquearon parte de la Galia e Hispania.

Según Kovaliov, el movimiento de Materno se erigía en la defensa de los oprimidos, destruyendo prisiones y liberando a los presos.

Materno, llegó incluso a disfrazarse para llegar a Roma y junto a un “comando” de confianza intentaron asesinar al emperador, pero fueron descubiertos y ejecutados.

Hacia comienzos del s. III se empiezan a dar las premisas para un cambio social.

Se redujo el peso de los esclavos, puesto que los colonos, campesinos sujetos a los latifundistas, eran en efecto, prácticamente esclavos.

Los frecuentes motines militares y las diversas invasiones bárbaro-germánicas crearon un ambiente de gran inestabilidad.

Aún hubo otra rebelión de esclavos en Sicilia en 264, la cual tardó en sofocarse debido a la falta de tropas romanas, dispersadas geográficamente a causa de las invasiones bárbaras.

En el 269, campesinos y soldados empobrecidos comenzaron a sitiar ciudades galas : comenzaba el movimiento de las Bagaudas.

Hemos de recordar que simultáneamente a los levantamientos bagaudas, lo hacían las ocupaciones bárbaras.

En el 280, las Bagaudas alcanzaron su punto máximo de desarrollo. Esclavos, colonos y baja plebe urbana estaban unidos, apoderándose de las ciudades galas, de los instrumentos de trabajo, acuñando incluso moneda propia.

Cuando eran derrotados por las legiones, volvían a los montes, operando como verdaderas guerrillas.

Esto se prolongó unos 150 años.


Paralelamente, estamos ante el auge del cristianismo primitivo.

En él, encontramos herejías como la de los Donatistas, que en el s. IV quemaban y destruían propiedades, masacraban ricos propietarios agrarios y liberaban a esclavos y colonos.

Finalmente, bárbaros y bagaudas llegaron a aliarse, como la alianza con los suevos que derivó en saqueos conjuntos. También se aliaron con poblaciones autóctonas, como los vascones en Hispania.

Todo esto (junto a muchos más factores) hizo que el Imperio romano se disgregara y que paulatinamente se convirtiera en otra cosa. Y es que, al calor de las últimas teorías, Roma no cayó de un día para otro, sino que se transformó, haciéndose más pobre.

La cultura romana fue hibridándose con otras hasta el s. IX.

De todas maneras, Kovaliov, no da la importancia debida a las bagaudas, como si lo hace con las guerras serviles. Será otra corriente historiográfica marxista, la británica, con historiadores como Hobsbawn o Thompson la que prestará mayor atención a estas.

E.A. Thompson, el creador del clásico manual “La formación de la clase obrera británica”, iniciará el estudio de las bagaudas ya desde la revista marxista británica “Past and Present” en los años 50.

También publicará cierta información al respecto la revista soviética de historia “Vestnik dresnev istorii” durante los 50, 60 y 70's.

Si los historiadores soviéticos veían en las bagaudas un claro precedente revolucionario de la lucha de clases, Thompson verá en las bagaudas, rebeldes que luchaban contra la opresión romana, incluso buscando la secesión del Imperio.

Curioso, porque así empezaban las luchas entre plebeyos y patricios, con la “Secessio plebis”.

Hoy en día, están más aceptadas quizás, las teorías multifactoriales para estos procesos históricos, donde encontramos elementos interclasistas que responden a un vacío de poder de Roma, donde se organizan ejércitos privados desde donde defenderse de las invasiones bárbaras, que derivarán en los señores de la guerra medievales.

Si bien es cierto, que bien entrado el s. XXI la historiografía marxista está en clara regresión, su evolución, la historia social, sigue presente en varias universidades.

De todas maneras, espero haberos alumbrado un poco entorno a la desconocida historia de Roma y sus rebeliones, y haberos alejado de la concepción monolítica que se tiene de una Roma implacable, de una Roma sin aristas.

1 comentario:

  1. Estoy agradecido por las vibras positivas e inspiración que tu blog brinda.

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